La limpieza, la comodidad, la atención, la organización y muchas cosas más. Pero me llevo con la gran acogida que tuvimos con el dueño del hospedaje, es una persona muy atenta y amable, recuerdo que llegamos de Machu Pichu, mal del estómago por algo que habíamos comido, y nos ofreció dieta de sopa y fue la mejor sopita que hemos probado en mucho tiempo. Le agradecemos por su atención fue una bonita experiencia, lo recomiendo a todos.